En 2010 descubrimos el increíble trabajo realizado por Ariel Hernández, su esposa Maritelma y sus hijos, Víctor y Ariel Jr. En Ticul, Yucatán, México. Ariel había establecido una hectárea de árboles de Nuez Maya para determinar cuántos animales podría criar utilizando su forraje. Los resultados fueron sorprendentes y cuando lo visitamos, él estaba criando 15 parejas de vacas y terneros, 30 ovejas y 6 cabras solo con forraje de Nuez Maya suplementado con sales minerales.

Ariel ha descubierto que el espacio ideal para producción de forraje es entre 3 y 5 m entre árboles. Esto da suficiente espacio para que las ramas se desarrollen y permite una penetración suficiente de la luz durante la etapa de crecimiento de las hojas. Ariel recomienda que, al prepararse para plantar las plántulas, se asegure de que NO HAY MALEZAS PRESENTES, idealmente cultivando la tierra a mano y aplicando mantillo para evitar que las malas hierbas germinen. Durante los primeros 3 años de crecimiento, para obtener mejores resultados, debe mantener baja la competencia para agua y nutrientes eliminando todas las malas hierbas que crecen cerca de los árboles. Si puede plantar las semillas a la sombra de un cultivo de tamaño mediano (yuca, chaya, gandul, maíz), eso podría facilitar la transición. Gelio Cuellar de Guatemala descubrió que se puede sembrar las semillas directo en la tierra, a chuzazo, en plena sol. Esto resulta en plántulas más fuertes y resistentes, las cuales crecen más rápido y sin pasar una etapa de adaptarse al sol.  Sembrados al chuzazo es mucho más barato y requiere menos mano de obra que plántulas producidos en vivero.

Ariel recomienda que los árboles se “poden severamente” a los 2 años (cuando miden aproximadamente 5 cm DAP). Esta poda consiste en cortar el árbol a 1,3 m DDS al inicio de la estación seca. Es drástico, pero Ariel afirma que es la mejor manera de maximizar la ramificación y mantener sano al árbol joven.